El sabor de la memoria

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Joshua

Leo, observo, escucho, pruebo, toco para hablar de ello. Cine, gastronomía, literatura y otras perversiones.

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Conozco muy poca gente que no conoce la película de Ratatouille, y si usted no la conoce le recomiendo que la vea antes de seguir leyendo, quizás derrame una que otra lágrima pero bien habrá valido la pena. Todos recordamos esa escena en la cual Ego prueba ese platillo de la cocina común, de la cocina casera, que le evoca los recuerdos de su madre cocinando en algún lugar de la provincia francesa, y justo de eso hoy le quiero platicar.

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Somos muchos amantes del buen comer, pocos buenos cocineros, aún menos chefs y solo unos cuantos artistas de la cocina en el mundo. Estos artistas se dedican a investigar, diseñar, rememorar, presentar, disfrutar pero sobre todo servir, a quien, indiscutiblemente, le da su confianza para ponerse en una silla de su comedor y llevar del plato a su boca un bocado extraordinario. Y saben un secreto, en México hay más artistas de los que creemos.

¿Dónde, dónde se encuentran estos artistas? Permítame contarle una historia. A mí me enseñó a cocinar una vecina, antes de integrarme ya me había corrido de la misma, siempre con el mismo cuento “jochua los hombres en la cocina huelen a caca de gallina”, no obstante me enseñó a hacer birria, pozole, mole dulce, tatemado y torta de arroz, no sabía ni hacer un huevo estrellado, pero ya preparaba una birria decente. Sin embargo, jamás podré compararla con la birria que ella me sirvió la primera vez, la carne se deshacía en mi paladar y el caldo era tan potente de sabor que fué como un elixir para mi alma… y entonces llegó el recuerdo: yo con 4 años disfrutando de unos tacos de birria al lado de mi padre a la vuelta de mi casa.

Sin duda mi vecina es una artista, no sólo por sus excelentes platillos, si no porque ella misma los rescató de su memoria al recordar los sabores de la birria de su abuela,  la pasión con la que la hace y su humildad al servirla. Rememoró como cocinarla, e intentó cocinarla de forma diferente, llegando a un resultado similar, aunque ella también admite, que jamás podrá imitar los sabores de antaño, porque simplemente la abuela es la abuela.

Para darle sabores a la memoria, hay que tener esos momentos especiales en la vida, no se trata sólo de cocinar sabroso, si no ponerle a cada plato, si eres cocinero, o a cada bocado, si eres comensal, todo lo que nos ha acompañado en la vida. Y aquí en México, eso es muy fácil de hacer, nuestro suelo y nuestra gente siempre nos da momentos impresionantes, además para comer hay millones de lugares para escoger.

Dele un receso a su apretado día y coma al lado de su ser o seres queridos y déjese atrapar por los recuerdos. Pida algo nuevo o algo que conozca o sírvase lo que tenga en casa. Tome una tortilla o una cuchara y comparta con su acompañante. Yo en lo particular prefiero las fondas, los puestos de garnachas y antojitos y porque no admitirlo, la comida callejera para encontrar esos recuerdos. Quizás después de esa quesadilla crujiente con flor de calabaza, o de esa tostada embarrada de guacamole, usted conozca a un artista de los que les hablo, de esos que nos hacen entender cual es, el sabor de la memoria.

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Joshua

Leo, observo, escucho, pruebo, toco para hablar de ello. Cine, gastronomía, literatura y otras perversiones.

6 thoughts on “El sabor de la memoria

  • septiembre 2, 2014 at 12:10 am
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    Que interesante post pero concuerdo con el, me encanta como un aroma y sabor te pueden transporta a recuerdos maravillosos y únicos… Es lo mejor que puede hacer la comida

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  • septiembre 2, 2014 at 3:45 pm
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    que bello y delicioso, un momento especial que mejor que recordarlo en compañía y con una deliciosa comida.

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  • septiembre 3, 2014 at 5:55 pm
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    Cierto recuerdo el flashback de Ratatouille y creo que en algun momento eso nos ha pasado a nosotros

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  • septiembre 4, 2014 at 8:36 am
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    En serio que la memoria es una cosa asombrosa y el sabor d ela memoria es un juego de palabras muy acertado por que aq uien ni se nos ha acordado alguna experiencia con solo probar u oler algun platillo, a mi pasa cuando mi mama nos orepara espaguetis por que lo relaciono con la felicidad y en seguida me pongo de buen humor y siempre habra platillos como tu dices que jamas encomtraras ese sabor perfecto que sentiste cuando lo comiste y te encanto por primera vez

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  • septiembre 4, 2014 at 11:20 am
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    Esta es de mis entradas favoritas del blog hasta ahora. Me ha encantado tu frase “ponerle a cada plato, si eres cocinero, o a cada bocado, si eres comensal, todo lo que nos ha acompañado en la vida”. Mi mamá le diría “cocinar con el corazón”.
    Muchas gracias por compartirnos esta entrada. Es cierto que hay muchos artistas escondidos, sólo falta darnos la oportunidad de salir a la fonda de la esquina y disfrutar de la buena comida. *se va por unas quesadillas a Santa Tere*

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  • noviembre 11, 2014 at 8:13 pm
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    La verdad es que no recuerdo algún momento en el que haya experimentado eso, pero sé que quizá se deba a mi mala memoria y no a no haber vivido una experiencia de ese tipo. A mi suele pasarme eso pero con los olores, a veces percibo alguno que me transporta en automático a cierto momento del pasado.

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