Usos rudimentarios de la selva de Jordi Soler
GalyPoucel
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Un relato que nos muestra la vida
desbocada, sensual y mágica de la selva.
«Jordi Soler es, ante todo, un poeta» Xavier Houssin, Le Monde.
Usos rudimentarios de la selva son doce relatos mágicos sobre la búsqueda de los orígenes y la identidad encudrados en una atmósfera torrencial, revolucionaria y sensual.
«Así eran las cosas en la selva. Ahí todo se ganaba o se perdía por la fuerza.»
En la plantación de café La Portuguesa, situada en la selva de Veracruz, en México, una familia española intenta salir adelante en un ambiente hostil, continuamente asediada por bandidos, guerrilleros, políticos corruptos o por los mismos otomíes, los habitantes originales de la región, que sienten a los habitantes de la finca como invasores de sus tierras.
Este relato en doce cuadros nos muestra la vida desbocada, sensual y mágica de la selva, con lluvias torrenciales y un calor imposible, siempre al borde del asalto, del motín, de la revolución y del desastre, donde un día el narrador se eleva en un globo aerostático fabricado por el caporal, asisti- mos al despertar de la sexualidad de un niño o a la aparición de un elefante abandonado por un circo que acaba siendo parte de la familia. Un territorio con reglas propias, agreste y primitivo. Un mundo regido por las fuerzas elementales de la natura- leza que ha llegado hasta hoy intacto, como una fuerza sorda que absorbe toda la luz.
Con esta obra Soler vuelve a conseguir un re- trato poliédrico y repleto de aristas de una comu- nidad sumida en la violencia, que sirve como un fabuloso retrato de una América Latina que toda- vía existe, donde una poderosa carga de humor es sorprendentemente el mejor instrumento para analizar cuestiones espinosas y latentes que im- pregnan todo el subcontinente.
Con un vocabulario exquisito y exótico, el fal- so paraíso que nos muestra Soler acaba transfor- mándose en una búsqueda salvaje e incansable por los orígenes, una lucha persistente contra el racismo y la diferencia de clases. Hijos descono- cidos, secretos en tumbas, fugitivos, poetas y cul- pas heredadas son algunas de las tramas que sal- tan de relato en relato para unir las historias como si de una novela se tratase.
Para enmarcar estas historias universales, Jor- di Soler ha recuperado su querida La Portuguesa, la plantación de café donde el autor pasó toda su infancia y que fue fundada por su abuelo con otros socios catalanes en el exilio. Tras narrar to- das las peripecias de su familia en Los rojos de ul- tramar, Soler vuelve a su escenario predilecto para presentar historias que no por comunes dejan de ser extraordinarias. A mitad de camino entre el realismo mágico y el costumbrismo, esta nueva colección de relatos demuestra la versatilidad de Soler para mezclar ficción y realidad, eliminado las distancias entre los géneros y consiguiendo con- vertir vidas comunes en aventuras excepcionales. Usos rudimentarios de la selvaafianza a Jordi Soler como uno de los mejores y más sólidos escritores latinoamericanos.
EL AUTOR
Jordi Soler nació en 1963 en La Portuguesa, Ve- racruz, México. Es autor de dos libros de poesía y once novelas, traducidas a varias lenguas. Desde Bocafloja, su primera novela, se convirtió en una de las voces literarias más importantes de su ge- neración. Durante diez años, de manera paralela a su trabajo de escritor, hizo programas de música y literatura en dos de las emisoras de radio más influyentes de México. Luego fue diplomático en Irlanda y ahora vive en Barcelona, la ciudad que abandonó su familia después de la Guerra Civil. Es caballero de la irlandesa Orden del Finnegans. Entre sus novelas destacan La mujer que tenía los pies feos (2001), Los rojos de ultramar (Alfagua- ra, 2004), La fiesta del oso (2009), Diles que son cadáveres (2011) y Ese príncipe que fui (Alfaguara, 2015).