Por fin tenemos El Teorema Katherine en México y muy pronto les tendremos varios ejemplares de regalo, así que comiencen a pensar en su propio teorema y no se pierdan nuestras publicaciones en las redes sociales.
Sinopsis:
Para Colin Singleton existen dos tipos de personas: los que dejan y los que son dejados. Él, sin duda, pertenece al segundo. Y eso lo piensa no porque sea un superdotado (que lo es), sino por su experiencia con 19 Katherines que le han roto el corazón. Este chico, llamado a ser un genio y dejar su marca en el mundo, ha sido botado por la Katherine número XIX.
Para superar su mal de amores, y con el propósito de hallar un teorema que prediga en qué momento terminará una relación y quién será el que la acabe (el “Teorema de la Previsilibilidad Subyacente de las Katherines”), Colin emprende junto a su amigo Hassan una aventura que lo llevará a Gutshot, un pueblito de Tennessee, y a la sospecha de que en la vida la inteligencia no siempre es la mejor compañera de viaje.
El teorema Katherine es un libro con una doble lectura, pues los anagramas, las referencias matemáticas incluidas, los datos curiosos y las notas a pie de página complementan la historia, así como los guiños humorísticos del autor hacia sus lectores. Más allá de contar una historia de amor es una historia de autodescubrimiento. A través de la gente que van conociendo, de sus vidas y sus deseos, Colin y su amigo Hassan se van dando cuenta de que no todo gira alrededor suyo y que a veces hay que ampliar la visión que tenemos de las cosas.
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FRAGMENTOS“Cuando se trata de chicas (y en el caso de Colin sucedía a menudo), cada cual tiene su tipo. El tipo de Colin Singleton no era físico, sino lingüístico: le gustaban las Katherines. No las Katies, Kats, Kitties, Cathys, Rynns, Trinas, Kays o Kates, y mucho menos las Catherines. KATHERINE. Había andado con diecinueve chicas. Y todas ellas se llamaban Katherine. Y todas ellas —todas y cada una de ellas— lo habían dejado.”“Después de su primer beso, Colin y Katherine I se quedaron en silencio alrededor de dos minutos. Katherine observaba atentamente a Colin, quien intentaba seguir traduciendo a Ovidio. Pero Colin se encontró con un problema sin precedentes. No podía concentrarse. No dejaba de mirarla. Los grandes ojos azules de Katherine, demasiado grandes para su joven cara, no se apartaban de él. Colin se dio cuenta de que estaba enamorado. Al final Katherine habló.
—Colin —dijo.
—Dime, Katherine.
—Quiero cortar contigo.
De entrada, Colin no entendió del todo la importancia de aquel momento, por supuesto. Se sumergió en Ovidio, llorando la pérdida en silencio, y Katherine siguió mirándolo durante media hora, hasta que sus padres entraron en la sala para llevársela a casa. Pero sólo necesitó a algunas Katherines más para recordar con nostalgia a Katherine la Grande como la perfecta representante del Fenómeno Katherine. Su relación de tres minutos fue el fenómeno en sí en su más pura esencia. Fue el inmutable tango entre el dejador y el dejado: llegar, ver, conquistar y volver a casa.” |
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¡Hola! Se ve muy interesante, aunque según yo, ya no leería de John Green XD lo pensaré. Saludos
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