Esta no es una historia sobre lo que le ocurre a alguien que consume drogas. Es la historia de lo que le pasa a la gente que rodea a un adicto, que está al pendiente de esa persona y quiere. La protagonista de esta impactante novela juvenil es Rachel, quien está desesperada por encontrar a su hermano Micah, el cual lleva varios días desaparecido.Rachel y Micah mantenían una relación buena de pequeños, en la que era muy fácil mentirles a sus padres, siempre se cubrían las espaldas y hasta cierto punto, las mentiras también existían entre ellos. Cuando Micah creció se unió a una banda de rock tocando la guitarra, y la primera vez que probó las drogas fue durante una presentación (alguien le ofreció una pastilla blanca diciéndole que eso lo calmaría).

Si Rachel hubiera sabido que aquella primera vez había sido suficiente para alterarle la cabeza a su hermano, habría hecho algo, quizá enviarles a sus padres una nota anónima diciéndoles que pusieran especial atención en su hijo, pero lo ignoro. Un día Rachel recibe un correo anónimo que dice que su hermano no está muy bien y tiene serios problemas de los que no es fácil zafarse. Muy en el fondo se siente responsable. Debería haber escuchado cuando Micah trató de confiar en ella. Rachel se pondrá en contacto con Tyler, el mejor amigo de Micah y juntos comenzaran una intensa búsqueda. En el camino, ambos deberán enfrentarse a sus propios problemas y a la atracción que comienza a surgir entre ellos.