Reseña: John Wick 2: Un nuevo día para matar
Niebla
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Cuando más te esfuerzas por olvidar el pasado, éste siempre regresa a recordarte que hizo convertirte en lo que eres ahora.
John Wick está de regreso, una secuela cargada de altas dosis de acción, sangre y muchas balas. La primera entrega nos dejó un buen sabor de boca hace varios años, que en lo personal me tomó por sorpresa, no imaginé encontrar una película de este calibre para una cinta que en su momento brilló más por las recomendaciones boca a boca y un presupuesto de alrededor de 20 millones de dólares.
Un nuevo día para matar es dirigida por Chad Stahelski director de la primera entrega y que inició su carrera como doble y coordinador de secuencias de acción. En esta secuela nos regala escenas muy detalladas y bien trabajadas a lo largo de la película, muchas de ellas de larga duración pero nunca perdiendo la atención en los violentos detalles.
La película no pierde ningún segundo e inicia con la búsqueda del auto perdido de John Wick (Keanu Reeves) en posesión de lo que aún queda de la mafia rusa, cerrando de manera formidable la trama de la cinta anterior en los primeros minutos de la película. La calma y la tranquilidad perdidas regresan de manera momentánea, hasta que el pasado toca a su puerta de nueva cuenta y la vida a la que ansiaba regresar se desvanece.
Lo que sigue a continuación es un hermoso y violento baile cinematográfico, que involucra armas, técnicas depuradas de pelea cuerpo a cuerpo y un John Wick que complace a todos los asistentes en la sala, acabando con sus enemigos a diestra y siniestra por las calles de Nueva York y ahora también en la hermosa ciudad de Roma.
La trama no es muy diferente de la primera cinta, sigue siendo el viaje del protagonista entre el punto A que lo lleva a un punto B. De ahí lo interesante de refrescar una historia que se repite, dándole elementos diferentes para distanciarla en momentos de su predecesora.
Contiene muchos diálogos y detalles que hacen referencia a su anterior aventura, e incluso se burlan un poco de la figura mítica que representa John Wick dentro de este universo que han construido. ¿Recuerdan la mención de que puede acabar con 3 hombres usando un simple lápiz? Detalles de este estilo sobre el llamado “Boogeyman” son contestados a lo largo de la proyección.
Keanu Reeves entiende su personaje y lo disfruta, sientes la desesperación y la rabia que lo llevan a desenterrar el hombre que dejó atrás y es muy interesante ver hacia donde lleva su actuación en este tipo de cintas.
Viejos conocidos regresan dándole solidez a la trama, más la adición de Laurence Fishburne que nos regala una escena junto a Reeves en homenaje a una de las sagas más interesantes de ciencia ficción de los últimos años.
Quizás no sea nada nuevo bajo el sol, pero es una película que ningún amante de la acción debe perderse. Divertida, entretenida y cumple con el propósito de mantenerte pegado a la butaca esperando más disparos, más golpes, más acción.
John Wick ha vuelto y en esta ocasión no es por venganza, es por justicia.
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