Star Wars: El Despertar de la Fuerza, J.J. Abrams cumple, pero…
Mike_Mtz
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Star Wars es, sin duda, la franquicia más rentable de Hollywood y la que mayor cantidad de seguidores tiene en el mundo, además de ser una pieza clave en la cultura pop actual. Es por ello que la expectativa de ver una nueva entrega -luego de 10 años de haberse realizado la última (Revenge of the Sith)- convirtió a Star Wars: The Force Awakens en la película más esperada del año.
Luke Skywalker ha desaparecido y sólo un droide tiene el mapa de cuál es su ubicación actual. La Primera Orden, grupo que se ha formado durante la ausencia de Skywalker, busca recuperar dicho mapa cueste lo que cueste, mientras que la Resistencia hará lo propio. ¿Suena familiar?
J.J. Abrams es un director que se ha caracterizado en los últimos años por dirigir y producir cintas que forman parte de grandes franquicias de Hollywood, como es el caso de Star Trek y Misión Imposible. En 2007, Abrams fue el encargado de realizar el reboot de Star Trek y colocar a una de las sagas más emblemáticas de todos los tiempos de nueva cuenta en el radar. Cuando se anunció que el director estadounidense sería el elegido para regresar a la pantalla grande a Star Wars, todo indicaba que no había mejor realizador para semejante labor. Y sí, J.J. Abrams cumple, sin embargo, el resultado final de Star Wars: The Force Awakens es agridulce.
Al tratarse de la “secuela” de una historia que culminó hace 32 años, era inevitable que la nostalgia por el regreso de Luke (Mark Hamill), Leia (Carrie Fisher), Han Solo (Harrison Ford) y Chewie (Peter Mayhew) se apoderará de millones tan sólo con verlos en pantalla. J.J. Abrams creó una película que funciona para las nuevas generaciones; la introducción de los viejos personajes es acertada y cargada de nostalgia. Técnicamente El Despertar de la Fuerza es memorable, jamás habíamos visto volar de esa manera al Halcón Milenario, ni batallas aéreas tan espectaculares entre cazas y la Resistencia. El diseño de personajes es magistral por parte de Abrams, algo a lo que ya nos ha tenido acostumbrados desde Star Trek. Uno de los aciertos que tiene El Despertar de la Fuerza es regresar a las bases que llevaron al éxito a la saga, hablo por supuesto, del uso adecuado de la tecnología CGI, una herramienta que fue usada exageradamente por George Lucas en los Episodios I, II y III. Abrams logró crear un equilibro entre dicha tecnología y la creación de personajes y escenarios reales, ya que sólo se utilizó en circunstancias realmente necesarias.
Los problemas principales de The Force Awakens son dos: la historia y los nuevos personajes. Como ya mencioné, la película funciona para primerizos en el universo Star Wars, sin embargo, el éxito de la franquicia radica en los espectadores que han estado ahí años y años, son ellos los que esperaban una nueva historia, un nuevo conflicto, algo diferente. La cinta escrita por Lawrence Kasdan, J.J. Abrams y Michael Arndt propone poco o nada en materia narrativa, luce más como un reboot de la trilogía original de George Lucas que una secuela en sí, ya que se utilizan las mismas estrategias narrativas para el desarrollo de la historia, el mismo factor “sorpresa” y los mismos argumentos para crear un conflicto. Si uno compara la historia de los episodios IV, V y VI con El Despertar de la Fuerza, encontrará que la línea del tiempo de hechos es la misma, salvo pequeñas variaciones entre el sexo del personaje. La cinta se vuelve predecible, es conservadora y no se arriesga en nada. Algo similar sucedió este año con Jurassic World (Trevorrow, 2015), otra franquicia que regresó y que utilizó la misma fórmula que le dio éxito hace 22 años.
Uno de los mayores retos para la séptima entrega de Star Wars era presentar a los nuevos personajes que formarán parte de la tercera trilogía de la saga, y, además, presentar un nuevo conflicto luego de la ya lejana batalla de Endor. Entre las nuevas incorporaciones resaltan Rey (Daisy Ridley), Finn (John Boyega), Poe Dameron (Oscar Isaac), el droide BB-8 y el villano Kylo Ren (Adam Driver), individuos que toman la estafeta y el destino de la galaxia en sus manos. Sin embargo, dichos personajes quedan a deber, se pierden entre la incredulidad, quedan en el olvido o se convierten en un chiste. Prueba de ello es Kylo Ren, un personaje que en los primeros dos actos de la cinta demuestra porte y fortaleza, pero que pierde fuerza hacia el final del filme además de ser, literal, un niño berrinchudo. Rey, la nueva diva de la Galaxia, la cual sabe hacer todo: pilotear, pelear, controla la Fuerza, tiene excelente puntería, y, además, es maestra en duelo de sables, todo sin entrenar una sola vez. Ni Yoda era tan bueno en todo. Finn, el que parecía podía tener un rol de mayor trascendencia se queda en el limbo del olvido.
Star Wars: The Force Awakens romperá todos los récords impuestos por Jurassic World este año, aunque, de las tres franquicias que regresaron este 2015 (Star Wars, Jurassic Park y Mad Max) es esta última la mejor, por mucho, en todos los aspectos, lo cual demuestra una vez más que no siempre la película más taquillera o con mayor inversión será sinónimo de calidad.